Las decisiones e instituciones económicas deberían ser evaluadas según hayan protegido o devaluado la dignidad de cada persona humana. Las políticas sociales y económicas deberían promover la creación de puestos de trabajo para todos aquellos que puedan trabajar, con condiciones laborales decentes y salarios justos. Las barreras que no permiten salarios y puestos de trabajo en igualdad de condiciones para las mujeres y para quienes sufren discriminación injusta deben ser erradicadas. La doctrina social católica apoya el derecho de los trabajadores a elegir si quieren o no organizarse, pertenecer a un sindicato, negociar colectivamente y hacer uso de estos derechos sin ser objeto de represalias. …También observamos con creciente preocupación el aumento de "excesivas desigualdades económicas y sociales", como señala el Catecismo de la Iglesia Católica, y la contracción de la clase media. …. Las políticas de bienestar social deberían reducir la pobreza y la dependencia, fortalecer la vida familiar y ayudar a las familias a salir de la pobreza mediante puestos de trabajo, preparación laboral y ayuda con el cuidado infantil, el cuidado médico, la vivienda y el transporte. …Dado el vínculo entre la estabilidad familiar y el éxito económico, las políticas de bienestar social deben abordar los factores tanto económicos como culturales que contribuyen a la desintegración de las familias. También deberían ofrecer un sistema de seguridad para quienes no pueden trabajar. … La falta de vivienda segura y accesible requiere un compromiso renovado de incrementar la oferta de viviendas de calidad y de preservar, mantener y mejorar las viviendas existentes mediante colaboraciones público-privadas, especialmente con grupos religiosos y organizaciones comunitarias. La USCCB continúa oponiéndose a la discriminación injusta en el área de la vivienda y apoyando medidas para responder a las necesidades de crédito de las comunidades de bajos ingresos y de minorías. …Una de las primeras prioridades en la política agrícola debería ser asegurar alimentos para todos. Ya que nadie debería tener que pasar hambre en una tierra de abundancia, el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés, o Programa de Cupones de Alimentos), el Programa Especial de Nutrición para Mujeres, Infantes y Niños (WIC, por sus siglas en inglés) y otros programas de nutrición tienen que ser sólidos y efectivos.
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